La economía social y solidaria, también conocida con las siglas ESS, es el conjunto de iniciativas socioeconómicas, informales o formales, colectivas o individuales, que dan prioridad a la satisfacción de las necesidades de las personas por encima del ánimo de lucro. Otra de sus características es que es independiente respecto a los poderes públicos y actúa orientada por valores como la solidaridad, la participación, la equidad, la inclusión y el compromiso con la comunidad. Además, es promotora del cambio social.

Características de la economía social y solidaria

Las iniciativas que la conforman son muy diversas, pero todas comparten elementos comunes que definen el carácter transformador de la misma:

El compromiso con la sociedad. Las organizaciones que forman parte de la economía social y solidaria contribuyen a mejorar la sociedad mediante la creación de puestos de trabajo, la prestación de servicio, el apoyo a las causas sociales, la vinculación con el territorio, la colaboración con movimientos sociales transformadores.

La orientación a las necesidades. La EES quiere recuperar la función originaria de la economía poniéndola al servicio de las personas para gestionar los recursos equitativamente y explotarlos de forma sostenible, así como para crear un modelo de producción que convierta el trabajo en un instrumento de satisfacción de las necesidades humanas.

La gestión democrática y participativa. Aquí se cambia el modelo organizativo jerárquico donde unas cuantas personas controlan, gestionan y deciden acerca de los recursos, el patrimonio y el futuro, puesto que la economía social y solidaria introduce la democracia en la economía y la empresa.

La economía social y solidaria en cifras

Las entidades de la economía social y solidaria representan una actividad económica que no se puede menospreciar. En Europa, en 2010, CIRIEC-Internacional cuantificó en aproximadamente 2 millones las entidades de la economía social y solidaria (el 10-12% de todas las empresas de la UE), señalando que daban trabajo a casi 14,5 millones de personas (el 6,5% del total de la población trabajadora de la Unión Europea). El Estado español es el noveno del mundo en cuanto a población empleada en la economía social y solidaria respecto al total de la población trabajadora, lo que genera aproximadamente 2.225.000 puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, que representan un 12,5% del total.

 

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