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Las mutualidades, ejemplo de seguros éticos. Un modelo ético, sin ánimo de lucro y al servicio de las personas.

Estas entidades sin ánimo de lucro, arraigadas en el territorio y gestionadas democráticamente, se convierten en una alternativa creciente al modelo asegurador tradicional.

En pleno debate sobre la necesidad de una economía más justa, transparente y centrada en las personas, las mutualidades están ganando protagonismo. Estas entidades aseguradoras sin ánimo de lucro ofrecen coberturas en salud, vida, entierro y otros seguros personales, con una visión social, solidaria y arraigada en el territorio.

Las mutualidades, sociedades de personas, destinan sus excedentes a fortalecer la entidad, mejorar sus servicios y desarrollar proyectos de interés colectivo. Además, las personas mutualistas no son solo usuarias, sino que también participan de forma activa en la gobernanza democrática de la entidad.

Este modelo, que pone a las personas en el centro, se alinea plenamente con los principios de las finanzas éticas: transparencia, participación, impacto social y retorno al territorio. Las mutualidades no solo cubren riesgos personales, sino que contribuyen a la construcción de una sociedad más cohesionada y resiliente, con servicios accesibles y adaptados a las necesidades reales de la ciudadanía.

Con una trayectoria centenaria y una clara vocación de servicio público, las mutualidades se erigen hoy como alternativa ética, sostenible y comprometida con el bien común.

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